¡¿Sabía usted que…?!
Parte 2 de 4:
Cuando se habla mal de la familia o de algún miembro de la familia, a sabiendas de que el familiar ha cometido faltas graves o ha cometido dichos hechos de los que se le acusan, a pesar de todo, siempre la familia entera lo defiende a capa y espada. Sin importar que en dicho encubrimiento caigan muchos por sus malas acciones. Pero, como siempre, la familia es primero y Dios en segundo o tercer lugar.
Así, por ejemplo, cuando se nos mencionan acciones malas de los sacerdotes en la iglesia (no todos los sacerdotes, pero si muchos de ellos), salen todos los que los defienden a capa y espada, sin importar que las acciones injustas de muchos sacerdotes corrompidos, dañan o destrozan la vida de muchos fieles que hasta llegan a desertar de la santa iglesia católica; convirtiéndose en herejes o cismáticos. Gracias a Dios y a la virgen de Guadalupe, que yo no deserté de la iglesia católica, por los tantos abusos que yo he recibido, de muchos sacerdotes y líderes en la iglesia. Sí, no deserté de la iglesia católica, por obra y bendición del Todopoderoso; pero por desgracia para muchos otros, no ha sido ninguna bendición.
Cuando los sacerdotes deberían de ser severamente reprendidos, y hasta privados de sus ministerios sacerdotales; por el contrario, son alabados y excusados por sus malas acciones, bajo el nombre sagrado del sacerdocio y la típica respuesta: ¡Allá Dios los juzgará! Pero nosotros los seglares, somos siempre despedidos de nuestras comunidades, por quejarnos de estos sacerdotes que fallan a Cristo.
Pero, como los sacerdotes son sagrados, ésta es suficiente razón, para que sigan adelante con sus ofensas y malas acciones, que, al fin y al cabo, los fieles no servimos más que, para que nos rebajen la lana.
Así, por ejemplo, cuando les digo: En una parroquia, tenemos un sacerdote, muy agresivo, violento; nos grita y nos amenaza públicamente; nos restrega el dinero en la cara. Muchos líderes no quieren aceptarlo, pero prefieren encubrirlo. Este es un hecho verídico que nos ha venido pasando a todos en nuestra comunidad eclesial, y yo, “Jesé Retoño”, yo mismo, junto con muchos otros miembros activos de nuestra comunidad, somos testigos sufrientes, de esta triste realidad. Esta es una realidad que muchos católicos no quieren aceptar, prefieren hablar siempre bonito, aunque todo sea lo contrario. Y hemos recibido noticias de que no solo en nuestra comunidad, pero otras parroquias, tienen este mismo problema, con sus párrocos, quienes son sumamente agresivos.
Cuando les digo que este sacerdote, permite que, hasta los bebes de uno a tres años, lloren hasta que se nos revienten los tímpanos de los oídos, los lideres y católicos de hueso colorado, no aceptan que se diga el pecado del sacerdote, pero hasta lo encubren o defienden; sin importarles la obligación del sacerdote, la de mantener orden y sumo respeto ante el sacrificio del altar.
Con perdón de todos, me disculpo ante todos, yo se que esto nos duele a todos los católicos; y yo soy un católico, que no me agrada encubrir mentiras; pero prefiero decir la verdad, y decir la verdad, no nos hace falsos profetas. El decir que hay muchos sacerdotes malos en la iglesia, no significa que toda la iglesia lo sea, pero si afecta a toda la iglesia y mata el alma de quienes los encubren, sin excepciones, por violación del quinto y octavo mandamientos de la ley de Dios.
Continuación…
Ver Tambien:
Necedad en la Iglesia (Parte 1 de 4)
Esta página está tambien disponible en:
English (Inglés)
Escriba un Comentario