Yo, Jesé Retoño, quiero invitarlos a orar. Sé que vienen temas muy importantes de ahora en adelante, pero es muy importante aprender a orar.
Orar es mantenernos en comunicación con Cristo. Muchas veces deseamos que Dios nos responda, pero sucede que Cristo siempre nos escucha y su respuesta es un silencio total, él nunca nos asusta. En mi vida que yo llevo ante Cristo, él siempre me ha respondido de muchas formas, pero algunas de ellas vienen apareciendo en mi mente, como si yo ya las supiera. Pues el Espíritu Santo muestra su cariño de una manera suave y humilde, ante nuestra fragilidad humana.
Dios, nunca muestra su poder con violencia y siempre está atento a nuestra oración. Dios siempre nos escucha, siempre que la oración sea con sinceridad y honestidad, y que la oración provenga desde nuestro corazón y que con toda nuestra mente mostremos confianza absoluta en él.
Hasta hoy nadie ha confiado en Dios, y nuestra madre celestial, la Virgen de Guadalupe quiere que confiemos absolutamente en Cristo, su hijo.
Oremos hermanos.
Quiero rogar junto con todos ustedes, por los que han muerto debido a esta pandemia, ruego a Cristo que se apiade de aquellos que ya se nos adelantaron por el camino de la muerte. Ruego junto con ustedes, a Cristo que se apiade del dolor y los sufrimientos de los familiares que aún están en esta vida, pero sufren el desconsuelo. Ruego por tantos hijos que quedaron sin padres, por tantos hombres y mujeres que lucharon ante la enfermedad y se aferraron a su fe en Dios.
Cristo, te rogamos por los más de 500,000 hombres y mujeres que fallecieron a causa de la pandemia aquí en EE.UU. Señor Jesús, apiádate de ellos y sus familiares. Cristo, llévalos a tu gloria y enjuga sus lágrimas.
Cristo, por favor escucha nuestras oraciones. Cristo, apiádate de todos en el mundo.
Ruego a Cristo, por tantos desamparados, que han quedado sin trabajo, sin ayuda y sin alimento. Cristo, te ruego por su pronta recuperación y tengan con tu ayuda un nuevo trabajo y una nueva esperanza en el mundo. Cristo, acuérdate de los pobres y de los que están sufriendo.
Cristo, ruego ante ti, junto con las oraciones de muchos hermanos en el mundo, que sufren por su familiar enfermo, por una esposa herida y maltratada, por unos hijos que sufren soledad y hambre, señor Jesús, apiádate de todos.
Oremos hermanos de todo el mundo.
Cristo, te ruego junto con todos mis hermanos, a través de este ministerio, “Piedrecita”, por nuestros hermanos azotados por la enfermedad allá en Italia, consuélalos y ayúdalos. Cristo ten piedad. Cristo te ruego por tantos enfermos, por tanto, necesitado en América latina, Ecuador, Perú, Venezuela, Argentina, etc., etc., oh Jesús ten piedad.
Cristo, nuestra América Latina sufre una violencia insostenible, y millares de hermanos emigran hacia los estados unidos, buscando una vida mejor para ellos y sus hijos. O Cristo, ten piedad y muéstranos tu misericordia.
Oremos hermanos.
Cristo, nuestros hermanos en Siria, en Israel, en África, en todo el mundo sufren persecución, sufren la muerte, y sufren hambre. O Jesús, hermano mío, me uno a las oraciones de muchos que me acompañan y te ruego que te compadezcas de los pobres y de los que sufren hambre. Muchos están enfermos, Jesús acuérdate de ellos, bendito seas Cristo. Ten piedad, Jesús.
Oremos hermanos amigos míos en Piedrecita y amigos del mundo. Oremos.
Cristo, te ruego junto con todos mis hermanos en el mundo que te compadezcas del jefe de la iglesia, muestrale tu voluntad. Hoy el Papa Francisco, debemos orar todos para que Cristo muestre su voluntad y su gracia en él. Oremos para que el jefe de la iglesia sea iluminado por el Espíritu Santo y muchos logren ver la cara del Santísimo.
Oremos hermanos, amigos míos y todos los que me siguen en Piedrecita. Oremos.
O Cristo, en compañía de muchos hermanos míos que me acompañan en esta oración te ruego por los gobernantes en el mundo, para que les muestres tu corazón y se apiaden de los ciudadanos que habitan en sus países. Señor Jesús te rogamos para que ellos reciban un corazón de acuerdo a tu voluntad y vean al pobre y al enfermo, y se apiaden de todos los habitantes de sus naciones. O Cristo, ten piedad.
Yo soy ciudadano de este país EE.UU., y también yo, Señor Jesús, te ruego por nuestro actual presidente y vicepresidenta, bendícelos y dales un corazón según tu gracia, para que promuevan la paz en el mundo y muchos puedan un día con libertad de expresión llegar a escuchar el evangelio tuyo, Cristo Jesús.
Bendice O Cristo a nuestros gobernantes aquí en mi país EE.UU., y muestrales el camino a tu paz. Concede que miles sean sanados, consigan un trabajo y la fe en ti sea promulgada en toda la nación. Te ruego Jesucristo, que nuestros gobernantes se apiaden de los pobres, dales tu gracia y concédeles ver tu rostro en los necesitados.
Dios mío, O Cristo Jesús, bendice a nuestra nación.
Soy, “Jesé Retoño.” La paz de Cristo sea con todos.
Empezaremos una nueva etapa evangélica, en “Piedrecita”, y quiero invitarlos a todos en el mundo, a prepararnos, para que un día, todos podamos llegar ante Dios cara a cara.
Esta es la voluntad de Cristo y Dios mi padre celestial.
León Jesuita, mi traductor al idioma inglés, les manda un saludo en Cristo.
Bendiciones a todos en el mundo.
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