Jesé es un Retoño, desde su nacimiento fue marcado por el Altísimo, las dos estrellas que bajaron del horizonte se han quedado en el alma y en las raíces del Retoño y le han marcado un carácter indeleble, pero el Reino de los Cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Jesé es un Lobo rapaz, por la mañana devora su presa y a la tarde reparte despojos. El hijo del hombre habla a las multitudes, Jesé destroza y despoja todo a su paso, como un Lobo se violenta y aparta todo para su dueño.
Nada queda a su paso, todo lo gana el Lobo para su amo y el hijo del hombre derrama su sangre en los altares, más la vida brota de sus entrañas para glorificar al Señor de los Señores, al Eterno, aquel que vive por los Siglos.
Entonces el dragón apocalíptico a plena luz del día, se lanza enfurecido al cuello del lobo para estrangularlo y quiere exterminarlo, pero el anciano con cabellera blanca, el que está sentado en el trono allá en el cielo, extiende su poder y detiene al dragón apocalíptico y le ha dictado sentencia, pues sus días están contados.
El anciano de cabellera blanca es el Padre del Lobo, el Lobo aúlla por su Padre y no habrá quien detenga su furia la del Lobo, pues el Lobo le ha jurado lealtad al Altísimo.
La Iglesia debe ser una sola, dice el Señor todo poderoso, el Señor tiene sólo un Reino y uno sólo es el Señor de todos, Jesucristo es Uno, el Señor de todos y Él no está dividido, los hombres se han separado y se han aislado de la salvación del hijo del hombre.
El Lobo aúlla y la jauría responde despavorida, es tiempo de luchar por la unidad y es tiempo de que no haya más divisiones, los hombres y las mujeres de la humanidad deben volver al único camino que lleva al Único Dios verdadero, el Cristo y su Iglesia.
La Madre del Lobo es la Madre de la Iglesia y la Madre le ha pedido a su hijo el más pequeño, al Lobo, ella le ha pedido que vuelva a la misión que se le encomendó y que aúlle por sus hijos que aún peregrinan en el mundo. Jesé Retoño es el Lobo y aúlla por aquellos que aún buscan al Hijo de Dios.
El Lobo ama a su Madre y todo lo da por su protección materna, sólo Ella la Madre del lobo derrama lágrimas por sus hijos, el Lobo ha sido golpeado varias veces por la Iglesia y la Iglesia lo ha desechado varias veces y el lobo se ha apartado de su misión por la rudeza de la Iglesia, pero su Madre le ha mandado con ternura que se levante de nuevo y que vuelva a aullar.
El Lobo le ha prometido a la Madre que usaría sus garras para destrozarlo todo a su paso y para mostrar su lealtad a Ella y a su Hijo el más amado de todos los Hijos, aquel que es, que era y que vendrá.
El Lobo y el León son uno sólo y uno sólo es el Único Dios verdadero, así lo ha mandado el Señor Jesucristo, el que vive, el existente.
Luchemos por la Unidad, es el mensaje del Altísimo, que no haya divisiones y las religiones sólo sean una, La Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Así lo manda el Altísimo.
Bendiciones y paz de parte del Señor Jesucristo,
Y de vuestro hermano el menor,
Jesé Retoño
Editorial Piedrecita.
Dibujo y arte por Javier Calvo.
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